El Impacto Oculto de Ignorar la Pérdida Auditiva: Un Problema de Salud Pública

Cómo afrontar la pérdida auditiva en el envejecimiento
La pérdida auditiva es un problema que afecta a millones de personas en todo el mundo, especialmente conforme se avanza en edad. Este tipo de deficiencia no solo afecta la capacidad para oír, sino que también puede tener repercusiones en la salud emocional, social y cognitiva. Es común que las personas con pérdida auditiva experimenten aislamiento social, lo que puede derivar en depresión e incluso favorecer el deterioro cognitivo.
Actualmente, se estima que la pérdida de audición no tratada es una de las principales causas de discapacidad a nivel mundial, con más de 1.500 millones de personas afectadas. Esta cifra podría aumentar a 2.500 millones para 2050. Con la edad, la incidencia de este problema se incrementa significativamente: aproximadamente el 20% de las personas mayores de 60 años presentan algún grado de pérdida auditiva, porcentaje que aumenta a medida que se envejece.
Factores que influyen en la pérdida auditiva
Existen varios factores que pueden contribuir a la pérdida de audición, entre ellos el ruido ambiental, enfermedades crónicas como la diabetes o el uso de ciertos medicamentos, incluidos los tratamientos para el cáncer. La predisposición genética también juega un papel importante en determinar el riesgo de desarrollar problemas auditivos. En el caso de los hombres, la pérdida auditiva tiende a aparecer antes y con mayor gravedad que en las mujeres.
El ruido ambiental, tanto en entornos laborales como de ocio, es uno de los factores más comunes que afectan negativamente la salud auditiva. Además, el uso constante de dispositivos con auriculares a volúmenes elevados también ha incrementado el riesgo de daño auditivo, especialmente entre jóvenes y adolescentes.
Impacto en la calidad de vida
La pérdida de audición no tratada puede tener graves repercusiones en la calidad de vida. En el caso de los adultos mayores, el impacto puede ir más allá de la simple dificultad para comunicarse, llegando a aumentar el riesgo de demencia y empeorar el estado de ánimo, fomentando el aislamiento social. Asimismo, se ha comprobado que la pérdida auditiva en personas mayores incrementa el riesgo de caídas, lo que afecta su movilidad e independencia.
Varios estudios han señalado que las personas mayores con pérdida auditiva tienen un mayor riesgo de desarrollar demencia. Sin embargo, se ha demostrado que el uso de audífonos puede reducir este riesgo, subrayando la importancia de tratar la deficiencia auditiva de manera temprana para prevenir problemas cognitivos a largo plazo.
Soluciones para la pérdida auditiva
El tratamiento de la pérdida auditiva depende de su causa y grado. En algunos casos, es posible recuperar la audición mediante intervenciones quirúrgicas. En otros, el uso de prótesis auditivas, como audífonos o implantes cocleares, puede ser la solución más eficaz. Los implantes cocleares son dispositivos que permiten devolver la capacidad auditiva a personas con pérdida auditiva profunda o total, mejorando significativamente su calidad de vida.
Para prevenir la pérdida auditiva, es crucial reducir la exposición a ruidos fuertes, especialmente en ambientes ruidosos o al utilizar auriculares. El cuidado de la salud auditiva es un factor clave para evitar que la pérdida de audición se convierta en un problema generalizado, que algunos expertos ya consideran una posible «pandemia del siglo XXI».
Conclusión
La pérdida auditiva es una condición que, si no se aborda de manera adecuada, puede tener un impacto significativo en la salud mental y física de las personas, especialmente en la tercera edad. Es esencial aumentar la conciencia sobre la importancia de proteger la audición y fomentar el uso de soluciones auditivas para mejorar la calidad de vida y prevenir el deterioro cognitivo y el aislamiento social.
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